I - Crónica de Cazadores

No parecía oírse nada aparte del tictac del viejo reloj carillón. Estaba apoyado contra la pared, y cada movimiento de su péndulo reverberaba con un sonido hueco que resonaba en el fresco aire de la habitación y sus ecos rebotaban en los azulejos negros y blancos.
Era un enorme salón comedor, de la clase que sólo se veía en películas sobre gente muy rica. Aquella estancia tenía un techo increíblemente alto, estaba decorada con piezas de
Arte que parecían de valor y disponía de una chimenea en el extremo más alejado, con un escudo de armas y unas espadas cruzadas. Las paredes de estuco de color beige de la sala comedor tenían unos rebordes de madera pulida de color rojo, y en el centro se extendía una larga mesa de madera que ocupaba toda la estancia. La mesa disponía de espacio para al menos veinte personas.

El hombre vestido de pieles, estaba junto a la chimenea, quitándose la mugre de las uñas con la punta de su cuchillo.

El otro hombre se encontraba al lado de una estantería repleta de libros, ojeando los títulos.

En el momento que el viejo reloj daba las doce. Una puerta se abría, y por ella aparecía un hombre alto, era moreno y llevaba un traje de aspecto caro, no se le veían los ojos ya que llevaba puestas unas gafas de sol

-Lamento el retraso caballeros, espero que hayan tenido un buen vuelo hasta aquí.- dijo Reed mientras se apartaba de la puerta, dejando a la vista a un muchacho que le seguía.

El chico tenía la expresión de un hombre de treinta años, algo impropio para su edad. Éste siguió al señor Reed y cuando él se sentó, el muchacho se quedó detrás, apoyado en la pared, en el más absoluto silencio.

Antes de sentarse, el señor Reed estrechó la mano a los dos hombres, el de las pieles se llamaba Wolfang Christopher Von Darch y el hombre que ojeaba la estantería se llamaba Robert Patterson.

Cuando todos se sentaron, el señor Reed dejó su maletín encima de la mesa y mientras que lo abría, siguió hablando:

- Seguramente se preguntaran quien soy, si soy de fiar, si soy un amigo o un enemigo. Pues bien, espero que esto despeje sus dudas. Cogió un folio, sacó una pluma de el bolsillo interior de su chaqueta y en el folio dibujó un símbolo, parecía la mitad de un rectángulo (Scriptum, lenguaje de cazadores)

- ¿Cómo ha sabido de nosotros?- preguntó el señor Von Darch.

- Oh, llevo mucho tiempo vigilándoles, evaluándoles, viendo si eran aptos.

- ¿Aptos?- preguntó el señor Patterson-

- Sí, aptos para la misión- y en ese momento, el señor Reed dejó su maletín a un lado y se centró en la conversación- son los mejores, los cazadores por excelencia, les he elegido porque se que son verdaderos soldados, desean exterminar lo sobrenatural a toda costa, y no les importa morir en el intento. Entonces, he aquí mi proposición. Les he reunido para formar un equipo, cada uno de ustedes es el mejor en lo suyo, Von Darch, usted tiene una habilidad para cazar innata, más propia de animal que de hombre. Patterson, su afán por proteger a la gente, le convierte en el “seguro” del equipo. Y yo, bueno, yo seré su guía, les daré los objetivos y todo lo necesario para la cacería.

- ¿Y qué hay de él?- preguntó Von Darch mientras señalaba con un gesto de cabeza a el chico que había detrás del señor Reed-

El señor Reed sonrió dejando ver toda su dentadura.

-El les acompañará en sus misiones, pronto descubrirán lo útil y eficaz que puede resultar. Bueno –dijo el señor Reed mientras echaba un vistazo a su reloj- Creo que ya nos hemos retrasado demasiado, porfavor, acompáñenme.

Y dicho esto, los tres hombres se levantaron y guiados por Reed, llegaron a una habitación repleta de cuadros, algunos, bastante tétricos. El señor Reed se acercó a un cuadro que estaba un poco torcido, lo puso recto y en ese momento, un cuadro que ocupaba toda la pared del fondo, se desplazo hacia arriba, dejando a la vista un montacargas.

- Ustedes primero- dijo Reed con un tono de voz casi divertido-

Cuando llegaron abajo. Ante ellos se erguía una caverna de proporciones gigantescas, cuyo final la vista no lograba alcanzar. A pesar de ser una caverna, estaba equipada con alta tecnología. Cruzaron una pasarela de piedra, y a los lados, había algo parecido a habitaciones. En una había un tatami y las paredes estaban repletas de armas blancas, también había dormitorios, pero ellos siguieron caminando por el puente.

-Aquí vivirán, lo encontraran bastante cómodo, tendrán todo lo que necesiten y si quieren cualquier cosa, sólo deben pedirla. – les decía Reed por encima del hombro mientras llegaban al final de la pasarela-

Al final, había una sala repleta de ordenadores y había un hombre de mediana edad sentado y tecleando a velocidad de vértigo.

- Amigos, les presento a el señor Theodore Clayton, si en medio de alguna misión necesitáis algo de información o cualquier cosa relacionada con ordenadores, el es vuestro hombre y además, vuestro enlace con estas instalaciones.- el hombre que estaba con el ordenador dio la vuelta a su silla y se levantó para estrecharles la mano-

- Un momento-dijo Patterson un poco extrañado- ¿A ti no te detuvieron el año pasado por robar los códigos de no sé que misiles?

- Así fue- dijo el señor Reed por él- pero después le conocí, y pensé que sería de mayor utilidad que trabajase para mí que estar en la cárcel. Bueno señores, ¿qué me dicen? Después no habrá vuelta atrás. Si lo rechazan, mi avión privado les llevará al lugar que deseen y nunca más volverán a saber de mí.

Hubo unos instantes de silencio.

- De acuerdo- dijo Patterson con tono solemne-

- No soy muy partidario de cazar en grupo pero...quiero entrar- dijo Von Darch un poco a regañadientes-

- Excelente- dijo Reed mientras cogía de la mesa un objeto parecido a una pistola pero donde debería estar el cañón, había un tubo- Esto es un GPS, sabré en todo momento dónde se encuentran. Sentirán un leve pinchazo

Se acercó a Patterson y se lo inyectó en el brazo, luego, hizo lo mismo con Von Darch.

- Bueno, les explicaré la situación- dijo Reed mientras se sentaba en un sillón junto a los demás- hace unos meses, empezó a desaparecer gente, no sólo personas, también sanguijuelas (vampiros) me puse a investigar y mis averiguaciones me llevaron a las alcantarillas, al parecer, allí es donde se reúnen. Vuestra misión será ir allí y averiguar que hacen, sólo información, no quiero que matéis a nadie a no ser que sea totalmente necesario- y cuando dijo esto miró a Von Darch- Ahora os entregaré los planos y todo lo necesario, un día de estos, os llamaré para que comencéis vuestra misión, me da igual lo que estéis haciendo, lo dejareis, cogeréis el equipo y os dirigiréis hacia aquí, desde este lugar accederéis a las alcantarillas

Los dos asintieron.

- Bueno, seguro que estaréis muy cansados por el vuelo, podéis ir a vuestras habitaciones, encontraréis allí vuestras pertenencias. Buenas noches

Se despidieron y Von Darch, Patterson y Clayton desaparecieron por la pasarela de piedra. Cuando ya no pudieron oírle, Reed se dirigió al chico.

- Cuando estéis en las alcantarillas y vayáis a volver- dijo mientras le entregaba un paquete- ya sabes que hacer...